Gobierno soviético anuncia que se une a la invasión de Polonia.

La fuerzas alemanas habían derrotado completamente a las fuerzas polacas, sólo quedaba una resistencia desesperada y sin sentido, cuando las tropas rusas invadieron Polonia el 17 de setiembre a las 04:00 hora de Moscú.  La invasión se realizó a todo lo largo de los 800 kilómetros de frontera ruso-polaca desde Polotsk, en el norte, hasta Kamcnets Podolski, en el sur.  La justificación por el ataque, esgrimida por el Kremlin, fue “para proteger los intereses soviéticos y los de las minorías de nuestros hermanos de sangre de Rusia Blanca y de Ucrania.”




Pero, no pasó mucho tiempo, en las primeras horas de esa misma mañana, cuando el portavoz del Ministerio de Propaganda alemán en Berlín declaró que la acción de la Unión Soviética tuvo la total aprobación de Alemania.   Eso no era ninguna sorpresa puesto que no se podía esperar otra cosa después de la firma del Pacto Ribentropp-Molotov.
Sin embargo, a pesar de la acción militar, Moscú insistió en que la Unión Soviética estaba manteniendo su neutralidad, pero que a causa de a todas luces era evidente que el Estado polaco había dejado de existir, los tratados entre Rusia y Polonia habían sido declarados nulos.
En los medios políticos, de prensa, los analistas militares y la propia opinión pública de París, Londres y Washington, nadie salía de su asombro y pocos se aventuraban a especular.  Pero, en la Embajada de Polonia en Londres, el propio embajador polaco manifestó muy presuroso que las fuerzas polacas se resistían enérgicamente a las tropas soviéticas a todo lo largo de la frontera y que el primer choque se produjo en la región de Molodeczno, sobre la vía del ferrocarril Vilna-Minsk.
Por su lado, el portavoz del Ministerio de Información británico dijo que el Gobierno no había recibido confirmación de los combates entre las fuerzas soviéticas y polacas, pero que se estaban haciendo esfuerzos por esclarecer los hechos, dándose cuenta de la ansiedad creada en vista de la “decisión trascendental que tendrán que encarar los británicos.” En este sentido la oposición cerró filas con el Primer Ministro Chamberlain, cuando el líder interino de la oposición, el Sr. Arthur Greenwood, declaró esa misma mañana: “Una cosa es cierta, pase lo que pase, la promesa de Gran Bretaña a Polonia será honrada.” En virtud del Acuerdo anglo-polaco, si los polacos declaraban oficialmente el ataque soviético como un acto de agresión, Gran Bretaña estaba obligada a ofrecer su ayuda.
Para el Premier Chamberlain, no había ningún intento en Londres de ocultar a sus aliados la magnitud del golpe y por ello convocó al Gabinete para esa misma noche y declaró que al Parlamento se le llamaría para una sesión extraordinaria para el día siguiente.
Mientras tanto, el Alto Mando alemán emitió un ultimátum de 12 horas, por Radio Berlín, dirigido a Varsovia, el cual expiró a las 03:00 hora inglesa.   En el comunicado le pidió al gobierno polaco la rendición incondicional.  Más tarde, la radio alemana anunció que el General Czuma, defensor de Varsovia, se había negado a cumplir con la demanda.   La suerte de Varsovia estaba echada.
El portavoz del Ministerio de Propaganda en Berlín, dijo que el asalto fue retrasado hasta las 15:00, para que las tropas polacas tuvieran 12 horas para rendirse y los civiles otras 12 horas para evacuar la ciudad, si el ultimátum era rechazado.
Las tropas del Ejército Rojo entraron en Polonia en la madrugada del 17 de setiembre para ocupar los territorios polacos de Polotsk a Kamenets Podolski, en Ucrania y Rusia Blanca.   El Gobierno Soviético la noche del día 16 entregó una nota al embajador polaco en Moscú, M Grzybowski, indicando que el Ejército Rojo había recibido la orden de marcha con el fin de salvaguardar los intereses de Rusia y de mantener el orden tras la caída del Gobierno polaco, cuyo paradero era desconocido.
Según el Kremlin, las tropas del Ejército Rojo protegerían a los bielorrusos y a las minorías ucranianas.  El Vicecomisario de Asuntos Exteriores, M. Potemkin, se entrevistó con M. Grzybowski a las 4 am, pero la Embajada de Polonia en Londres dijo que el señor Grzybowski se negó a aceptar la nota y que sólo transmitió un esbozo de la misma a su Gobierno, cuyo paradero se negó a revelar.   Pero, en la Embajada de Polonia en París, negaron la acusación rusa de que el Gobierno polaco había escapado de Polonia.
El Comisario de Asuntos Exteriores soviético, Vyacheslav Molotov, en un discurso transmitido por radio a la nación, anunció la ocupación de Polonia:
“Se ha ordenado al Ejército Rojo entrar a Polonia para proteger a nuestros hermanos de sangre.   El colapso de Polonia es un hecho.  Estamos tomando las medidas necesarias para liberar al país que fue arrastrado a una guerra por gobernantes incapaces.  Hemos notificado a todos los diplomáticos de nuestra neutralidad.   “No hay necesidad que nuestro pueblo acapare alimentos, porque no importa cuanto dure la acción militar, tenemos un reservas suficientes.   “Hago un llamamiento a los ejércitos para mantener la disciplina durante la gran tarea de la emancipación de los ucranianos y rusos blancos”.
“La última fase en el desmembramiento de Polonia”, continuó el señor Molotov, “ha ido asumiendo un carácter de amenaza para la Unión Soviética.  Nadie hubiera imaginado que las fuerzas polacas podrían haber sido obligadas a replegarse con tanta rapidez.
“En la situación que ha surgido los tratados de la URSS con Polonia han dejado de tener vigencia, porque el Estado polaco ha desaparecido prácticamente.  El resquebrajamiento interno es evidente.  La incapacidad del Estado polaco ha quedado demostrada por los acontecimientos de los últimos quince días.”
“Polonia ha perdido todos sus centros industriales.  Varsovia ha dejado de existir como centro de gobierno y nadie sabe dónde está el Gobierno polaco.   Esta situación causa especial preocupación para el Gobierno soviético.  El rápido avance de las tropas alemanas ha creado una nueva situación en el este de Europa que no se puede ignorar.”
“El Gobierno soviético está dispuesto a ayudar al pueblo de Polonia para recuperarse de la catástrofe en la que se han sumergido por la política aventurera y sin escrúpulos de su Gobierno.  El territorio polaco se ha convertido en el campo propicio para cualquier tipo de accidente o eventualidad.”
“La Unión Soviética ha sido neutral hasta el último momento, pero no puede permanecer indiferente frente a esta situación, ni puede ser neutral a la suerte de la población rusa blanca y ucraniana.  Su misión es extenderle una mano fraternal de asistencia a todas esas personas.”
“Por lo tanto, he instruido al Alto Mando del Ejército Rojo a marchar a través de la frontera y asumir la responsabilidad de la protección de la vida y la propiedad de esos pueblos”.   Molotov concluyó con un llamado al Ejército Rojo, para que muestre una rigurosa disciplina en el cumplimiento de la honrosa tarea de la emancipación.
En respuesta inmediata, la Embajada de Polonia en París, negó categóricamente las implicaciones en el discurso de Molotov.  Afirmando que el Gobierno polaco se encontraba aún en territorio polaco y agregó que los polacos se resisten a los rusos en todos los puntos.
Dirigiéndose a la población civil de Rusia, Molotov dijo: “Últimamente hay evidencias latentes de un deseo de acumular alimentos y otros bienes a causa del temor de la introducción de las tarjetas de racionamiento.  El Gobierno no tiene intención de tomar esta medida para cualquier tipo de productos.   Aun si las presentes medidas se prolongaran, nuestro país está bien provisto de suficientes productos de primera necesidad y por tanto puede prescindir del racionamiento de alimentos.”
“El preocupación actual de los trabajadores, de los intelectuales soviéticos y de todos los ciudadanos debe ser trabajar con honestidad y auto-sacrificio, todos en sus puestos, prestando así apoyo al Ejército Rojo.”
“Estoy seguro de que el Ejército cumplirá con su deber con honor y gloria.  Todos los ciudadanos y los miembros del Ejército están unidos como nunca antes, en torno al Gobierno y a su gran líder y sabio M. Stalin, por nuevos y sin precedentes éxitos en paz laboral y con las victorias del Ejército Rojo.”




Términos de la nota soviética
Una copia de la nota diplomática de la URSS a Polonia fue entregada más tarde a los representantes de todas las naciones que mantienen relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, diciendo:
“La guerra entre Polonia y Alemania ha revelado la podredumbre del Estado polaco y su Gobierno.  Durante la guerra de 10 días, Polonia ha perdido todos sus centros industriales y culturales.  Varsovia no existe más como capital.  El Gobierno polaco se ha desintegrado y ya no muestra signos de vida.”
Esto significa que el Estado polaco y su gobierno han dejado de existir.  En consecuencia los acuerdos soviético-polacos se han convertido en inválidos.”
“Abandonados y privados de liderazgo, Polonia se ha convertido en una presa fácil para todo tipo de eventos y sorpresas que puedan constituir una amenaza para Rusia.  Por lo tanto, aunque hasta ahora la URSS ha sido neutral, no puede encarar los acontecimientos con una actitud de neutralidad.  Además la URSS no puede considerar con indiferencia la suerte de los connacionales que viven en territorio polaco, que han sido abandonados a su suerte, sin protección”.
Los primeros combates entre las fuerzas soviéticas y polacas ocurrieron en Molodezcno, en el cruce del ferrocarril Minsk-Vilna, donde la guardia fronteriza polaca enfrentó a las fuerzas invasores soviéticas.
El mismo día 17, la Agencia de Noticias D.B.N. en Berlín emitió la siguiente declaración: – “Una ofensiva del Ejército ruso se está llevando a cabo simultáneamente a lo largo de toda la frontera, de Polotsk a Kamenets Podolski.  Esta medida Soviética no afecta en modo alguno la neutralidad de Rusia en el presente conflicto.  De acuerdo con el punto de vista del Gobierno soviético, los tratados anteriores ya no son válidos, porque el Estado polaco ya no existe.
La invasión soviética del territorio polaco planteó nuevos retos diplomáticos y nuevos desafíos militares para los aliados.  Inmediatamente surgió el planteamiento si la acción soviética significaba que Gran Bretaña y Francia declararían la guerra a la Unión Soviética, porque ambos países estaba sujetos en virtud del pacto con Polonia de ayudarla a defender su independencia y sus intereses nacionales al haber sido atacada.
Sin embargo, opinaron algunos analistas, que si Polonia aceptó la invasión soviética según lo descrito por Moscú al embajador polaco “con el fin de salvaguardar los intereses de Rusia y de mantener el orden” y no opuso resistencia al Ejército Rojo, sería poco probable que la URSS sea considerada como beligerante.
Sin embargo, los observadores militares no estuvieron sorprendidos con las razones que dio el Gobierno soviético para la marcha del Ejército Rojo sobre Polonia, ya que pensaron que era posible que el ejército polaco, fuertemente presionado por las fuerzas alemanas, tenía como única esperanza de librarse del acoso retirándose hacia territorio soviético.   Los soviéticos pueden haber recordado la forma en que la Legión Checa forzó la entrada a través de Rusia después de la Gran Guerra.
Cabe recordar que durante las primeras semanas de la guerra, el único comentarista militar británico que se refirió a un posible enfrentamiento entre Rusia y Polonia fue Sir Phillip Gibbs, quien escribiendo en una “Crónica del domingo”, dijo:
“A uno le parece que el corazón se le detiene por un momento, ante la idea de esa suprema tragedia -la segunda partición de Polonia, desgarrada por el águila alemana y el oso ruso.   Tal unión de fuerzas del mal sería otra amenaza para la civilización europea, y prolongaría la guerra aún para aquellos que todavía creen en el código cristiano y las libertades democráticas.  Los jefes militares de Gran Bretaña y Francia tendrán que repensar sus planes de nuevo y sopesar el equilibrio de las fuerzas, si Polonia se pierde.”
Pero, el enigma germano-soviético era esclarecido por la tregua entre Japón y la URSS en la frontera de Manchukuo y Mongolia y las indicaciones de que podía seguir un pacto de no agresión entre Japón y la Unión Soviética.  Cuando fue firmado el Pacto de no agresión germano-ruso el 23 de agosto de 1939, se afirmó que, mientras que el ejército chino había estado siendo entrenado por oficiales alemanes hasta el estallido de las hostilidades entre China y Japón, el general von Reichenau instó al Gobierno alemán que su política debía tender a asegurar una política conjunta chino-soviética-alemana de colaboración en el Lejano Oriente.
Al mismo tiempo, se creía en primer lugar, que, como precio por el pacto germano-soviético, Alemania había concedido que los Estados bálticos debían caer en la esfera de interés exclusivo de la URSS, en segundo lugar, que Rusia había apostado por una reclamación para la recuperación de la Rusia Blanca y las provincias de Ucrania en Polonia, y en tercer lugar, que Alemania contaba con suministros procedentes de Rusia de muchas materias primas esenciales para la prosecución de la guerra, evitando así el efecto del bloqueo británico.
El editor británico J.L. Garvin, en un artículo en el “Observer”, especulando sobre la posibilidad de un plan de partición de germano-ruso en Polonia, dijo:
“Las recientes referencias de Rusia para el tratamiento de los polacos rusos blancos y las minorías ucranianas, que suman muchos millones, se ven sin duda, como una reivindicación, no sólo para los grandes territorios que fueron quitados a Rusia después de la Primera Guerra Mundial, cuando Polonia fue reconstituida, sino también al este de Galizia, que anteriormente pertenecía a los Habsburgo y que había sido siempre codiciada por los zares”.
Garvin agregó: “Si un pacto germano-soviético de este tipo se llevara a cabo, otras consecuencias no serían menos siniestras para la independencia de los Estados bálticos y Hungría y por la existencia de Rumania en su forma actual.”
Los círculos diplomáticos en Moscú discutieron con impaciencia los informes procedentes del extranjero que decían que Rusia y Alemania tenían la intención de establecer un “Estado Tapón” entre ellos, en lo que entonces era la Polonia occidental.  Se acordó que ni Alemania ni Rusia querían tener una frontera común.  Cuando terminara la lucha, algunos círculos en Moscú pensaron, que era posible que los campesinos polacos en Ucrania podrían apelar a Moscú para ayudar a establecer un Estado independiente bajo la protección soviética.


Bibliografía
The Sydney Morning Herald
Russian Troops Cross Polish Frontier. (Corresponsal en Londres y A.A.P.)
18 de setiembre de 1939, pag 9.
The Mercury (Hobart, Tassmania)
Russians’ Advance Unchecked
20 de setiembre de 1939, pag. 1.

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