Cristiano Lucarelli: el goleador izquierdista




Cristiano LucarelliVetado y censurado por sus ideas políticas, el delantero italiano Cristiano Lucarelli (34) es un goleador atípico dentro del Calcio. Socialista, fundador de un periódico cooperativo y admirador de Evo Morales, es un testi­monio viviente de dignidad y rebeldía.
“Cristiano Lucarelli nunca más volverá a la selección”, sentenciaron los dirigentes de la Federación de Fútbol Italiana en 1997. ¿El motivo? Un joven delantero de 21 años cometió el pecado de celebrar un gol de la manera equivocada.
Frente a Moldavia, el 9 de la “azurra”, después de recibir un medido centro desde la izquierda, anotó con un certero derechazo rasante el gol de la victoria. Corrió, extasiado, hacia la tribuna. Ahí cometió el sacrilegio: dejó entrever frente a las cámaras una polera del Che Guevara, mientras el público enfervorizado celebraba el atrevimiento. Por años el veto se cumplió: Cristiano Lucarelli fue censurado por pensar diferente.
Hijo de un estibador portuario, siempre soñó con brillar en Livorno, su ciudad natal. Recién el 2003 tuvo su oportunidad. Recibió una oferta del club local del mismo nombre, recién ascendido a la Primera B.
Al mismo tiempo, otros equipos le ofrecían estratosféricas cifras anuales, lujos y comodidades. Lucarelli las rechazó. “Quédense con sus millones”, dijo. El atacante quería hacer historia con el modesto conjunto de la localidad portuaria de Toscana y cuna del Partido Comunista Italiano (PCI). Y vaya que lo logró.
Fue goleador en la Segunda División, liderando un histórico ascenso y también máximo artillero de la Serie A (2005). Incluso, el Livorno consiguió clasificar a la Copa UEFA. Con el 99 en su espalda, año de la fundación de la hinchada del club, se convirtió en una leyenda viviente.
Pero Lucarelli, admirador de Evo Morales y un declarado socialista, no sólo rompe redes. Ha apoyado huelgas, campañas de solidaridad a favor de presos políticos y por si fuera poco, el año 2007 fundó el diario cooperativo “Corriere di Livorno”.
Además, ha sido un implacable crítico del negocio que rodea al fútbol. Para muchos, esto justificó su exclusión de la nómina para Alemania 2006 y de la Eurocopa 2008.
El 2009 regresó a Livorno, después de magras campañas en el fútbol ucraniano y el Parma. Pero la historia ya estaba escrita. Pese a sus 10 tantos y a jornadas épicas, como el empate (3-3) frente a la Roma de David Pizarro, el delantero no pudo evitar el descenso.
El 9 de mayo, en su último partido vistiendo “la amaranto” enfrentó a la Lazio, máximo archirrival del Livorno. Lucarelli guapeó, corrió y consiguió el único descuento de los locales. Fue su gol 110. Perdieron 2-1. Salió lesionado en el primer tiempo: era el fin de un ciclo. Los miles de fanáticos, a través de sinceros aplausos, reconocieron la consecuencia, la valentía y el coraje de este atípico jugador. Arrojó su jineta de capitán al público, despidiéndose definitivamente de la hinchada.
Hasta siempre, capitano.

Comentarios

Lobo de la Calle ha dicho que…
Una de las más grandes lecciones de convicción y consecuencia de un hombre ante el dinero. El más grande ejemplo de la dignidad y los ideales de un deportista ante organismos y dirigentes de las más grandes esferas. El más grande ejemplo de pertenencia, identificación y fidelidad de un gran futbolista con su equipo, más allá de grandes riquezas y la fama. El más grande goleador comunista de la historia.

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