WikiLeaks revela tiroteos en Irak entre Irán y EE.UU.
Los informes ilustran la presencia de agentes iraníes y el transporte de armas para las milicias chiíes
Junto a todos los detalles sobre abusos, torturas y víctimas civiles que el Pentágono no hubiera querido ver publicados, la mayor filtración de documentos en la historia de Estados Unidos también ha servido para poner en evidencia las ingerencias de Irán en Irak. Con detalles sobre un conflicto en la sombra entre las fuerzas militares de Estados Unidos e insurgentes iraquíes ayudados por el régimen integrista de Teheran.
Estas conexiones, ya denunciadas por la Administración Bush, fueron desestimadas en su momento como una exageración para ocultar los fiascos acumulados en la invasión de Irak. Sin embargo, una porción de los casi 400.000 documentos divulgados por WikiLeaks pone de manifiesto la importancia que el Pentágono ha atribuido al papel de Irán en el frente iraquí. Sobre todo a la hora de armar y asistir a las afines milicias chiíes.
Este memorial de agravios incluye detalles sobre el armamento facilitado por Irán. Arsenal que abarca desde cohetes, bombas magnéticas y artefactos explosivos utilizados para atacar a vehículos militares blindados. En ese flujo de ayuda también figuran rifles de gran calibre y misiles portátiles Misagh-1, la versión iraní de un modelo tierra-aire originalmente diseñado por China y utilizado en Irak contra helicópteros americanos.
Dentro de estos esfuerzos para desestabilizar Irak, milicianos chiíes también habrían recibido entrenamiento en Irán para el manejo de explosivos o como francotiradores. Dentro del territorio de Irak, agentes de la unidad especial iraní conocida como la Fuerza Quds habrían colaborado también con extremistas locales para el asesinato de altos cargos del gobierno de Bagdad.
Entre los casos más documentados de esas conexiones figura el de Azhar al-Dulaimi, comandante de las milicias chiíes y responsables de múltiples ataques antes de ser eliminado en el 2007. Según los documentos de WikiLeaks, Azhar fue un alumno aventajado del entrenamiento facilitado dentro de Irán por los guardias de la revolución y elementos de Hizbolá, sus aliados en Líbano.
¿Armas biológicas?
Con armas facilitadas por la Fuerza Quds de Irán, otros informes hablan de tramas para atacar la llamada «zona verde» de Bagdad, perímetro fortificado donde se concentran las principales instituciones de gobierno de Irak junto a la embajada de Estados Unidos. Otros indicios indican la posibilidad de que Teherán hubiera llegado a facilitar armas biológicas o químicas a la insurgencia de Irak para realizar ataques en la capital.
Los informes también enumeran múltiples incidentes en la tensa y disputada frontera que comparten Irak e Irán. Como el enfrentamiento mantenido el 7 septiembre del 2006 por un pelotón de soldados americanos buscando rutas de infiltración utilizadas para el contrabando armas y explosivos procedentes de Teherán. Esa misión terminó en un enfrentamiento armado con soldados de Irán.
El análisis de los 391.832 documentos —publicados el viernes por la noche y que abarcan las operaciones militares del Pentágono en Irak desde el 2004 hasta el 2010— también plantea problemas para la Casa Blanca al confirmar que la ofensiva clandestina de Irán ha seguido con el cambio de gobierno en Washington. Sin importar la reiterada oferta del presidente Obama para dialogar y encontrar una solución diplomática a las diferencias existentes en el frente de proliferación nuclear.
Según ha reflexionado Ryan Corcker, embajador de Estados Unidos en Bagdad entre el 2007 y el 2009, queda claro que los «iraníes van a hacer todo lo que puedan para debilitar Irak, para tener un gobierno central débil y constantemente fuera de balance». Con el objetivo último de conseguir un Irak «que no pueda resultar nunca más una amenaza para Irán», a diferencia de lo ocurrido durante el régimen de Sadam Husein.
Reacción de la Casa Blanca
Por otra parte, Geoff Morrel, secretario de Prensa del Departamento de Defensa, ha calificado la divulgación de todo este material confidencial como una acto vergonzoso con graves consecuencias ya que «nuestros enemigos pueden estudiarlo, buscar vulnerabilidades, patrones de comportamiento y cosas que aprovechar para lanzar ataques contra nosotros en el futuro». Además, Morrel ha advertido del multiplicado peligro que corren los trescientos iraquíes mencionados en esos
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